Sin duda, los medios, la colonia artística de Hollywood y las encuestas, fueron las grandes derrotadas junto a la candidata demócrata Kamala Harris, en la elección llevada a cabo el pasado martes 5 de noviembre. No hubo la paridad anunciada. De hecho, Trump ganó lo que se llama el “voto popular” además de conseguir la cantidad de electores para consagrarse presidente, por un margen que no se obtenía desde la victoria de George Bush.
Alguien dijo al comienzo de esta campaña:“Los republicanos se corrieron al centro, mientras que los demócratas se han recostado en exceso en la izquierda”. Razón no le ha faltado. La agenda de campaña corrió por la reivindicación de la Agenda Woke, el aborto (se votó incluirlo en la constitución de 10 estados) la agenda LGBTIQ y el cambio climático. No era esa la agenda de la gente, preocupada por la inflación que si bien en los últimos meses descendió a un 4 % anual (llegó al 9 %, una enormidad para los americanos) impactaba en los bolsillos de los menos favorecidos que al mismo tiempo, no veían en la práctica la recuperación del empleo que mencionaban desde el gobierno de Biden primero, y Harris, después. Y la inseguridad, claro. El aumento de la violencia, la sensación en torno a que un gobierno de Harris ponía en peligro las decisiones personales y la propiedad privada de las personas debido a la mencionada agenda, (algo sagrado en USA) y la enorme preocupación incluso entre la comunidad latina, por la descontrolada inmigración que sin cesar se filtra por las fronteras con México, algo que Biden no supo / quiso, ponerle fin.
Veamos entonces, las claves de lo que fue más que un triunfo; Fue una verdadera paliza en la que además, los demócratas resignan el control del senado.
1. Triunfos en los estados clave: Trump ganó en la mayoría de los swing states, estados cuya balanza electoral suele ser determinante en los resultados finales. Carolina del Norte, Georgia, y Pensilvania, inclinaron decisivamente la elección a su favor, asegurando la mayoría en el Colegio Electoral. Pero además, sorpresivamente ganó en Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona.
2. Apoyo masivo del electorado: Con más de 68 millones de votos y un 51%, Trump superó ampliamente a su oponente demócrata, Kamala Harris (63 millones y 47%). Estas cifras reflejan un respaldo masivo cimentado en zonas rurales y suburbanas a las que se les dirigió un discurso centrado en temas como seguridad y economía, factores sensibles para estos sectores que últimamente se sintieron amenazados por las medidas económicas a tomar en caso de una victoria de Kamala Harris. .
3. Discurso sencillo, crudo y directo: A lo largo de su campaña, Trump mantuvo un discurso que, aunque a veces polémico, le permitió conectar directamente con un electorado que desconfía de la corrección política y valoró su frontalidad en temas sensibles, como la inmigración y la seguridad fronteriza.
4. El sorpresivo apoyo de la comunidad latina: A pesar de sus posiciones controvertidas en torno a la inmigración, Trump logró captar un segmento importante del voto latino. La percepción de que su enfoque en la seguridad fronteriza era una medida necesaria para el país fue determinante, especialmente en comunidades que ya sienten los impactos de la inseguridad. Más allá de “fake news” como las de inmigrantes matando mascotas para comer, la sensación de descontrol y amenaza para su seguridad y la de sus familias, fue decisiva para el cambio de gran parte de una comunidad que tradicionalmente apoya al partido demócrata.