ES A LOS EFECTOS DE REGULARIZAR EL CONTROL MIGRATORIO Y “DETENER EL CAOS”
El interventor de la ciudad salteña de “Aguas Blancas”, Adrián Zigarán, avanzó en la decisión de construir un alambrado de 200 metros que delimite la frontera con Bolivia, a pesar del rechazo y la formal preocupación de las autoridades del vecino páis al conocer la noticia.
El gobierno nacional respaldó la medida manifestando que contribuye a detener el caos, por el ingreso irrestricto no solamente de ciudadanos bolivianos, sino de los comúmente denominados “bagayeros” y lo más preocupante, del circuito del narcotráfico.
El plan contempla la construcción de un cerco perimetral con Bolivia que se extenderá desde la terminal de buses hasta los puestos de control del Puerto de Chalanas, en Aguas Blancas. La medida busca asegurar que todas las personas que entren y salgan del país realicen los trámites migratorios y el interventor Zigarán aseguró que este lunes 27 de enero, se firmará el convenio para avanzar con la obra.
Por medio de un comunicado que lleva el membrete del Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich, y que la propia funcionaria tuiteó, se explicó que “la cerca” en Aguas Blancas es “una medida más para cuidar a los argentinos del narcotráfico”.
En el texto se describe que, antes de la implementación del Plan Güemes, “el cruce fronterizo en Aguas Blancas y Orán era tierra de nadie: narcotráfico, sicariato, muertes y descontrol”.